Reservado y tímido en su vida privada, pero todo un tigre en el ambiente de la música tropical. Javier Monje se convirtió en una de las primeras voces masculinas de Bolivia desde el inicio de su exitosa carrera, que comenzó hace más de 25 años.
Talento y profunda pasión por el canto son las cualidades del músico riberalteño, quien ya se proyectó a nivel internacional.
Muchos sueños, aspiraciones, proyectos impulsan el trabajo artístico de Javier Monje, quien ahora nos cuenta la historia de su vida.
Cumbia Bolivia (CB): ¿Cómo nació tu inclinación por la música?
Javier (J): Siempre sentí vocación. No fue la idea de ser artista lo que me impulsó, sino las ganas de cantar sin importar cómo y dónde.
CB: ¿Cuándo te iniciaste en la música?
J: En 1986 tocando guitarra y vientos en un grupo folclórico del colegio Pedro Kramer de Riberalta. Era raro ver a un grupo de cambitas interpretando música altiplánica, pero nos gustaba.
CB: ¿Cuándo descubriste tu calidad vocal?
J: En 1990. Tuve la oportunidad de cantar en público en el primer Festival de la Canción Moderna Estudiantil de Riberalta. Gane uno de los primeros premios y a partir de ello inicié con seriedad mi carrera como cantante.
CB: ¿En qué grupo debutaste profesionalmente?
J: Considero que mi debut oficial se realizó en 1993 con el grupo «Conexion«. Luego di un paso gigantesco y llegué a ser la primera voz de «Los Linces de Bolivia«.
CB: ¿Por qué elegiste el género tropical?
J: Porque me gusta la cumbia romántica que hago, no la chicha, además porque me fui dejando llevar por la corriente de los grupos que integré.
CB: ¿Cuál es la clave de su éxito?
J: La perseverancia, el amor por lo que hago y la responsabilidad.
CB: ¿A qué tentaciones te enfrentas al ser cantante?
J: La primera es la bebida, porque en esta profesión quien diga que no toma, aunque un poco, está mintiendo. La segunda son las mujeres que aparecen en las actuaciones. Desde que me casé dejé de buscarlas, pero eso no quiere decir que dejen de gustarme.
CB: ¿Eres coqueto o vanidoso?
J: Un poco vanidoso y orgullocito de lo que soy y tengo. Me gusta verme bien y comprar cosas que me agradan, pero eso no significa que sea creído.
CB: ¿Cómo eres en la intimidad?
J: Soy muy caliente y emotivo.
CB: ¿Qué te gusta de las mujeres?
J: Todo. Las mujeres son lo mejor que pudo hacer Dios.
CB: ¿Eres tímido o atrevido con las mujeres?
J: No soy tímido. Antes era un poco «wasito» para conquistarlas. Siempre fui el de la iniciativa, pero ahora ya no porque respeto mucho mi esposa.
CB: ¿Qué te disgusta de tu cuerpo?
J: Casi nada, pero soy sincero: Estoy un poco gordo, he subido bastante de peso, eso nada más.
CB: ¿Qué es lo más atrevido que te gustaría hacer?
J: Me gustaría estar en una playa, de noche, totalmente desnudo. Mejor si es solito para soñar, estar completamente libre y admirar el cielo y las estrellas.
Conozcamos más de Javier Monje
Javier Alfredo Monje Vargas nació el 7 de noviembre de 1972, bajo el signo del escorpión, en Riberalta, Beni. Está casado con María Luz Riverhaur. La razón de su vida y su hija Melanie Paola.
Pasa su tiempo libre disfrutando de «la buena vida» y otros «entretenimientos» que no quiso revelar.
Entre sus pasatiempos están el escuchar música, componer canciones, jugar billar y fútbol de salón.
En cuanto a sus defectos, Javier dice ser un poco desconcentrado y voladito, olvidadizo de fechas y detalles. Su esposa le hizo notar que parece aburrido, aunque -dice- no lo es.
Entre sus virtudes están la responsabilidad y la puntualidad.
En cuanto a vicios, señala, además de «chequear» mujeres le encanta el whisky y alguna que otra cerveza como la Corona, aunque no considera un vicio el beber.
Javier Monje radica actualmente en los Estados Unidos, en el estado de Virginia.